¿Sabes la diferencia entre el hambre fisiológico o las meras ganas de comer por apetencia?
Por Clara Swinburn
El hambre fisiológico, esa necesidad básica que debemos cubrir para sobrevivir, tiene varias características que la diferencian del hambre hedónico, ese que nos aparece más por placer que por necesidad biológica. Aquí te describo las principales diferencias:
Hambre fisiológico
- Aparece lentamente
- Disminuye a medida que vas comiendo
- Cuando sentimos hambre, somos capaces de escoger alimentos adecuados a nuestra necesidad, que sean nutritivos y que nos sacien
- Somos capaces de satisfacerlo comiendo comida real, es decir, alimentos naturales o mínimamente procesados
- Cuando nos da hambre, puede esperar en el caso de que no podamos satisfacerla de inmediato
- Somos capaces de dejar de comer cuando sentimos que estamos satisfechos
- Disfrutamos de lo que elegimos comer
- No sentimos culpa por estar comiendo
Hambre hedónico, apetencia, antojo
- Aparece repentinamente
- No disminuye a medida que vas comiendo
- Cuando nos da un antojo, no somos capaces de escoger alimentos nutritivos, sino que escogemos aquello que no entregará el mayor placer posible, ojalá en el menor plazo posible
- No somos capaces de satisfacerlo con comida real, más bien, sólo se satisface comiendo productos ultraprocesados, azucarados, altos en energía y en grasas
- Cuando nos da un antojo, por lo general, no puede esperar y debemos comer algo lo antes posible
- No somos capaces de parar de comer, puesto que nos cuesta conectarnos con nuestras señales de saciedad, e incluso, a veces podemos seguir comiendo a pesar de haber sentido esa señal de saciedad
- No disfrutamos lo que elegimos para comer
- Sentimos culpa luego de haberlo comido, a veces incluso, mientras lo estamos comiendo
Ansiedad por la comida, ¿realmente es ansiedad?
Por lo general, no me gusta hablar de “ansiedad por comer” porque creo que la ansiedad es algo mucho más serio. La ansiedad propiamente tal es un problema psicológico, con diversas aristas, con diferentes síntomas y alcances y que debe ser tratada con el profesional capacitado para ello: el psicólogo. Últimamente la palabra ansiedad está muy manoseada y ahora la decimos por todo y al voleo. Y la mayoría de las veces, las personas no tienen ansiedad por la comida sino más bien tienen hambre. Estamos tan acostumbrados a restringirnos, a vivir a dieta, a estar quitándonos alimentos porque sí, que la gran mayoría de las personas lo que tiene no es ansiedad por comer sino meramente hambre.
Ahora bien, si tu problema es ansiedad y lo tienes como un diagnóstico, los nutricionistas no tenemos las herramientas necesarias para tratarlo. Tampoco existen alimentos puntuales para reducir esas ganas de comer que asociamos a ansiedad, más que estar bien alimentados y nutridos, y escogiendo combinaciones de alimentos que nos mantengan satisfechos por varias horas. A esto es a lo que me refiero cuando digo que muchas personas no tienen ansiedad, sino que tienen hambre, por estar alimentados de manera deficiente.
Escrito por:
Clara Swinburn
Nutricionista, Mg en Nutrición y Metabolismo